Mi Historia Compartiendo doTERRA
Ya he compartido cómo llegaron los aceites a mi vida, ahora les comparto por qué decidí empezar un negocio con doTERRA, cómo se convirtió en una fuente de ingreso y el empoderamiento que esta decisión me ha dado.
Soy mercadóloga de profesión, trabajé como gerente de marca en empresas multinacionales, me gustaba mi trabajo y me brindó muchas satisfacciones. Pero llegó un momento donde mi trabajo y la visión familiar que mi esposo y yo teníamos ya no era compatible. Mi hija tenía 2 años cuando decidí renunciar para trabajar desde casa, quedé embarazada de mi segundo hijo y pude disfrutar mi maternidad y cada etapa de la vida de mis hijos.
Desde entonces he trabajado de forma independiente en investigación de mercados y consultoría. Cada proyecto es diferente y estimulante, pero empecé a notar que ya no me llenaba. Quería algo más. Ser profesional independiente tiene muchas ventajas pero también notaba que mis ingresos dependían exclusivamente del trabajo que tenía tiempo de hacer, no podía aceptar más proyectos de los que era capaz de atender a la vez. Adicional deseaba que mi trabajo tuviese un impacto positivo en la vida de las personas, y quería dedicarme a algo que estuviera en armonía y coherencia con el trabajo de crecimiento personal que he hecho en los últimos años.
En el 2020 ya era usuaria de los aceites esenciales, doTERRA se había convertido en mi botiquín y mi solución natural para casi todo y de forma natural ya los compartía con familia y amigos. Pero no tenía idea de cómo funcionaba el negocio. Cuando llegó la pandemia tuve la motivación suficiente para buscar información y aprender el modelo de negocio.
Un año después estoy feliz y agradecida con el equipo de personas hermosas que he construido. Amo compartir soluciones naturales, amo llevar bienestar a más familias. Me siento motivada, puedo ver el impacto positivo que tiene mi trabajo cada día y también veo crecer mis ingresos. Buscaba un proyecto y encontré nuevos amigos, quería un propósito y obtuve mayor crecimiento personal, quería construir algo para mí y ahora puedo ofrecer una oportunidad a más personas.
El trabajo es duro. Requiere disciplina, compromiso y mucha constancia. Pero las satisfacciones son grandes y la cosecha te sorprende, porque cuando empiezas a crear una tubería financiera, recibes ingresos incluso cuando estás de vacaciones o cuando te tomas un respiro. Este negocio no es para todos, es para quienes están dispuestos a desafiar viejas creencias y para quienes están listos para trabajar por sus sueños.
Al final el modelo de negocio es sencillo: Das y recibes. Entre más das, más recibes. Compartes bienestar, compartes esperanza, compartes soluciones y recibes bienestar, esperanza y libertad. Y cuando algo te encanta y te funciona tan bien, compartir es un placer.